La muerte se parece en mis sueños al agua a estancada de un arroyo. Las cosas allí sumergidas existen para el que las ve, pero su aspecto es borroso y, ya pronto el agua las desgastará hasta borrarlas. Se seguirá viendo la ausencia, pero mientras tanto, una luz llegada desde la superficie, un rayo de luz, muestra el desmembramiento de todo el mundo. Esto lo sabía perfectamente José Hernandez ( El pintor español. Sus obras en este enlace).
Remordimiento por cualquier muerte
Libre de la memoria y de la esperanza,
ilimitado, abstracto, casi futuro,
el muerto no es un muerto: es la muerte.
Como el Dios de los místicos,
de Quien deben negarse todos los predicados,
el muerto ubicuamente ajeno
no es sino la perdición y ausencia del mundo.
Todo se lo robamos,
no le dejamos ni un color ni una sílaba:
aquí está el patio que ya no comparten sus ojos,
allí la acera donde acechó la esperanza.
Hasta lo que pensamos podía estarlo pensando él también;
nos hemos repartido como ladrones
el caudal de las noches y de los días.
Jorge Luis borges