domingo, 24 de marzo de 2013

Alejandra Pizarnik: hija del viento

El primer poema de Pizarnik que leí fue Hijas del viento, y después no pude escapar. En este modesto retrato, grandes ojos de una mente especial, su relación con  el animal y la noche.


Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

(Hijas del Viento; A P)