Entonces subimos al sulky y comenzmios a andar de vuelta a
casa. Celina apenas si podía mover las piernas, no sé si por el veneno o el
miedo de morir. Se le agrandaban más los ojos y no me quitaba la mirada, como
si fuera de mí no existiese otra cosa en el mundo. Yo iba en el sulky y le abría
los brazos como cuando se enseña a andar a una criatura, y ella también me abría
los brazos, tambaleándose como un borracho. De repente el veneno le llegó al
corazón y cayó en la tierra como un pajarito.
(Los ojos de Celina, fragmento. Bernardo Kordon )
domingo, 28 de septiembre de 2014
En el cristal de un sueño
En el cristal de un sueño he vislumbrado
el Cielo y el Infierno prometidos:
cuando el juicio retumbe en las trompetas
últimas y el planeta milenario
sea obliterado y bruscamente cesen
¡oh Tiempo! tus efímeras pirámides,
los colores y líneas del pasado
definirán en la tiniebla un rostro
durmiente, inmóvil, fiel, inalterable
(tal vez el de la amada, quizá el tuyo)
y la contemplación de ese inmediato
rostro incesante, intacto, incorruptible,
será para los réprobos, Infierno;
para los elegidos, Paraíso.
(Borges; Sobre el cielo y el infierno, fragmento)
el Cielo y el Infierno prometidos:
cuando el juicio retumbe en las trompetas
últimas y el planeta milenario
sea obliterado y bruscamente cesen
¡oh Tiempo! tus efímeras pirámides,
los colores y líneas del pasado
definirán en la tiniebla un rostro
durmiente, inmóvil, fiel, inalterable
(tal vez el de la amada, quizá el tuyo)
y la contemplación de ese inmediato
rostro incesante, intacto, incorruptible,
será para los réprobos, Infierno;
para los elegidos, Paraíso.
(Borges; Sobre el cielo y el infierno, fragmento)
El pata e chancho
A LA ACUARELA
Rafael AlbertiA ti, límpida, inmaculada, expandida,
jubilosa, mojada, transparente.
Para el papel, su abrevadora fuente,
agua primavera, lluvia florida.
A ti, instantánea rosa sumergida,
líquido espejo de mirar corriente.
Para el pincel, su caballera ardiente,
fresca y mitigadora luz bebida.
A ti, ninfa de acequias y atanores,
alivio de la sed de los colores,
alma ligera, cuerpo de de premura.
Llorada de tus ojos, corres, creces,
feliz te agotas, cantas, amaneces.
A ti, río hacia el mar de la Pintura.
jueves, 4 de septiembre de 2014
El discurrir
Esto dicho, se puso con atención a oír lo que el
astrólogo diría: el cual en viendo que le esperaban,
comenzó de esta suerte:
-Tanto sospecho que ha de parecer mejor mi sueño que el del filósofo cuanto el discurrir por las cosas celestiales trae consigo mayor nobleza y excelencia que el dar noticia de las naturales que son de suyo corruptibles, si no en todo, al menos en los particulares, que esotras son incorruptibles y eternas.
-Tanto sospecho que ha de parecer mejor mi sueño que el del filósofo cuanto el discurrir por las cosas celestiales trae consigo mayor nobleza y excelencia que el dar noticia de las naturales que son de suyo corruptibles, si no en todo, al menos en los particulares, que esotras son incorruptibles y eternas.
Los dos burgueses y el rústico, Pedro Alfonso s. XIX
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